La principal causa de la violencia de género es la relación desigual que existe entre hombres y mujeres. Además de esto vivimos inmersos en una “cultura de la violencia” lo que fomenta el uso de esta para resolver conflictos.
En nuestra sociedad se lleva adelante un sistema de relaciones de género que mantiene la superioridad de los hombres sobre las mujeres y se asignan roles, atributos, espacios, cargos, etc, en función del sexo.
Recordemos que hace no muchos años a la mujer se le exigía una dedicación exclusiva a su familia y a los quehaceres del hogar, restringiéndose su desarrollo personal y social. En este contexto se consideraba su deber acatar la autoridad masculina (del esposo) como algo natural, que estaba avalado por las costumbres y la ley. Inclusive, se toleraba que el hombre utilizara la violencia, para afianzar su autoridad.
Si bien actualmente la tolerancia a la violencia es menor, muchas mujeres continúan sufriendo estas situaciones dentro de la pareja y también en otros ámbitos como el laboral.
Es importante recalcar que “no existen características psíquicas diferentes antes del inicio del maltrato entre las mujeres que lo sufren y las que no, sino que los trastornos y problemas psicológicos de las mujeres maltratadas son una consecuencia del maltrato y no la causa.”
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